Vivencias y pensamientos sobre la ruralidad y la vida en el campo desde Purujosa pueblo casi deshabitado a la sombra del Moncayo.

jueves, 15 de abril de 2010

El burro en los pueblos: Anecdotas y libro

Hace aproximadamente 6.000 años la humanidad comenzó a domesticar a los primeros équidos. En ese momento se fraguó una colaboración que iba a pervivir durante milenios. La historia de la humanidad en el occidente europeo está indisociablemente unida a la historia del burro. Lamentablemente, con el fin de la sociedad tradicional, el proceso urbanizador y el ocaso de los pueblos llegó a su fin esta amistad milenaria. Quedan ya pocos burros en los pueblos. En todo Aragón tan solo 459 según el último censo. En Purujosa se recuerda a los dos últimos supervivientes de la especie: Un burro que compró el hijo de los “madrileños” y el burro que ayudó en el enlosado de la calle la Virgen. Tras ellos, las marcas de herradura en el barro quedaron en el olvido. Hasta el año pasado.
(El ultimo burrico del Alto Isuela en el siglo XXI vive y trabaja en Calcena)

Estaba mi padre en la puerta de casa, regando el boj, cuando oyó el sonido de unos cascos al trote subiendo por la calle El Castillo. Se giró con sorpresa y más sorprendido se quedó cuando vio un caballo blanco sin jinete y sin montura. ¿Estaría soñando? Nuevamente la sombra de las leyendas becquerianas planeaba sobre el Moncayo. Enseguida la noticia corrió como la pólvora por el valle del Isuela. Mariano el Alcalde también lo había visto e incluso lo había fotografiado en el mojón con Calcena cuando subía al galope, carretera arriba, hacia el nido de Águilas del Moncayo. Varios meses estuvo viviendo el caballo salvaje entre los barrancos de Valcongosto y Cuartún. A veces se veían sus crines brillar al viento en el Collado de las Estacas, pero nadie podía acercarse al animal. Al final se descubrió que había escapado de Aranda de Moncayo y sus dueños, tras varios intentos infructuosos, consiguieron devolverlo a su manada. Así terminó la historia del último caballo libre del Moncayo.
Recordaba esta anécdota cuando llegó a mis manos un librito entrañable: Los burros de Moros. 16 historias de compañeros de trabajo. Ed. Carrabilla (2008). Allí, Fernando Lampre y otros emprendedores del medio rural recogen fotografías y las pequeñas anécdotas de los 16 asnos que todavía viven en la localidad de la ribera del Manubles. Una iniciativa encomiable, que recibió el Premio Medio Ambiente Aragón 2009 y de la que se debería tomar ejemplo. No en vano, el valle del Isuela todavía cuenta con bastantes ejemplares desde Arandiga a Trasobares. Precisamente, este municipio centró la contraportada de Heraldo de Aragón el 3 de diciembre de 2008 por ser el municipio de Aragón con mayor proporción de burros respecto al número de habitantes reales de la localidad. En concreto 19 asnos, 17 burras y dos burricos que lamentablemente están castrados por lo que el futuro de la especie en la Cara Oculta del Moncayo se encuentra, al igual que en toda Europa, en peligro.

Es muy interesante la lectura del Proyecto de la Asocación Carrabilla, descargable aquí: Manubles, museo al aire libre.
Y su blog: Manubles, Escuela de Naturaleza.

El texto de la noticia de Heraldo se puede consultar aquí.

Más información sobre el Libro los Burros de Moros: Enlace 1 y Enlace 2.

2 comentarios:

  1. Conocemos a alguien (un saludo Tomás) que fue a comprar un perro y volvió con un burro con gran asombro de su familia y vecinos :o)
    Y si no ha cambiado la cosa, hay sigue el burrico vigilando la huerta y la casa de su dueño.
    Saludos!!

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  2. ah! si si, cierto, que una vez comentaron que Tomás tenía un burro en San Mateo. A ver si lo acerca alguna vez a que le den los aires del Moncayo jejeje.

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